Los empresarios «Hiroo Onoda».
¿Cómo saber cuándo rendirse?
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Foto vía: https://www.montereyherald.com |
Hoy conocí la historia de Hiroo Onoda, un oficial de inteligencia del ejército japonés, que durante la segunda guerra mundial fue encomendado a proteger la Isla de Lubang en Filipinas y tras no enterarse, ni aceptar, que la guerra había terminado, siguió defendiendo su territorio hasta 1974, casi 30 años después.
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Jiji Press/Agence France-Presse — Getty Images |
Onoda, pronto se convirtió en un misterio y una leyenda; en 1959 se le dio por muerto, hasta que Norio Susuki, un estudiante japonés, se puso tres objetivos en la vida: encontrar a Hiroo Onoda, encontrar un panda y un Yeti (abominable hombre de las nieves). Susuki fue por la selva gritando que el emperador le buscaba y estaba preocupado por él, a lo cual Onoda finalmente salió de su escondite. Tras conversar con él, Onoda por fin se enteró de la realidad: había pasado casi 30 años, luchando contra algo que ya no existía. Cuando se le preguntó por qué no había hecho caso de los avisos, Onoda se concretó a decir: «Era un oficial y recibí una orden, si no la hubiera cumplido habría caído en la peor de las vergüenzas.»
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Jiji Press / AFP/Getty Images
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¿Cómo saber cuándo rendirse?
Entonces… ¿Cómo saber cuándo rendirse?
Si partiéramos de un principio básico de todo emprendedor, que es la perseverancia, podría decir que nunca, y que tienes que ser capaz de saber cuándo tienes que virar a la izquierda o derecha para evitar chocar.
Si eres incluso de los que considera que chocar contra todo y quedar en la nada, es la forma de triunfar, se tiene que ser muy hábil para aprender y seguir adelante.
El rendirse en un negocio, como en la vida, es una cuestión de actitud más que de hechos; si la pregunta en concreto se torna a ¿cómo saber cuándo cerrar un negocio?, te diría que cuando ya no estés dispuesto a escuchar.
La información de tu entorno, tiene que darte la pauta para actuar; es tu sistema de inteligencia y actitud, lo que te ayudará a saber cuándo tienes que hacer cambios drásticos. Dicho de otra manera, rendirse, no es abandonar, si esto es una decisión estratégica que te lleve a alcanzar la meta. Rendirse, sería sumirse en la mediocridad o una zona de confort, engañados por una falsa perseverancia, y esa, es una trampa en la que espero que no caigas.
¿Eres un empresario «Onoda» o conoces alguno? Quizá todos en algún momento lo hemos sido sin saberlo.