¿Qué hacer con esa persona llamada «Mano derecha»?

Por: Gonzalo Ávila

La mayoría de los emprendedores o empresarios contamos con una persona en la que confiamos y conoce bien nuestro negocio. 

Partiendo de esto, hoy quiero platicarte sobre qué hacer con esa persona tan importante en tu vida empresarial, porque, por supuesto, nadie deseamos perderla. 
Un problema recurrente que he observado con amigos o conocidos empresarios, es que tienen una sola empresa para toda su vida, lo cual no es malo, pero tampoco bueno, sin embargo, quiero que piensen que el director general de una empresa debe ser una persona que ve a futuro en cómo hacer un mejor país o el mundo entero. Aquella persona que se atreve a portar el sufijo de director general, tiene una labor titánica para hacer que su negocio perdure durante el tiempo, garantizando el sustento y crecimiento laboral. Durante mi vida profesional y empresarial, puedo decir que soy muy afortunado porque he contado con muchas personas que integran mis empresas y que son valiosísimas, son personas en las que puedes confiar con los ojos cerrados y, sobre todo, que te liberan de carga laboral. Ahora bien, puede suceder que dicha persona llegue un día a tu oficina y te diga que ha encontrado un mejor trabajo o simplemente, que quiere crecer profesionalmente. Tú como emprendedor o empresario, estás en una disyuntiva inmensa, porque no sabes qué hacer, si ofrecer más dinero, o dejarla ir. 
Derivado a lo anterior, creo que aquellos afortunados que cuenten con esa persona, mejor conocida como: «mano derecha», deben cuidarla sobremanera pues, esa persona les ayudará a dar un paso adelante y crecer. El problema, en constantes ocasiones, es que el director general se encuentra lleno de problemas operativos a resolver y una agenda llena de cosas que no son de la incumbencia de un director general. Por tanto, teniendo a una persona valiosa a nuestro lado, nos ayudará a desahogar millones de tareas diarias que podrán delegar y dar un paso adelante. 
En muchas ocasiones, lamentablemente el encargado de puesto de director general no genera lo propio para lograr que su negocio sea exponencial y reconocido en todo el mundo, para contribuir con el crecimiento de su país o, simplemente, para hacer que tus colaboradores tengan una vida mejor. El director general debe ser una persona que piense fuera de la caja, que se proponga retos y haga que las cosas sucedan; me encantan las historias de éxito, de empresarios que sobresalen en la industria, eso quiere decir que están pensando diferente y están haciendo que las cosas sucedan, y son justamente esos directores generales, que tienen a su lado a esa persona que los ayuda a moverse más rápido. 
Ahora bien, ¿cómo retienes a esa persona?, muy simple, ellos no quieren un sueldo exorbitante, ellos quiere crecer profesionalmente, por tanto, lo que puedes hacer es crecer su desarrollo profesional como con una maestría en alta dirección o, especializarla en alguna área a fines de tu negocio; posteriormente no tengas miedo en hacerla socia o socio, con un porcentaje significativo. Por último y no menos importante, sirve de mentor para esa persona. Como director tienes tantas experiencias que puedes compartirlas y que sirvan para tu equipo. 
Los directores y empresarios, tenemos la responsabilidad de cambiar las vidas de las personas que nos rodean y es aún mejor, hacerlo con aquellas personas fieles y entregadas a nuestra compañía. 
Ahora, pensarán: ¿y yo, qué gano?, te aseguro que ganarás tiempo, y eso es lo más valioso en este mundo pues el dinero sobra, si no lo tienes lo consigues, pero el tiempo, sin embargo, no vuelve y, sobre todo, no se compra. De esta manera podrás tener tiempo para pensar en otro negocio, hobbie o bien, hacer crecer tu empresa a niveles que solo tu imaginación puede tener.

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