8 situaciones por las que tu negocio puede fracasar en un inicio.
Por: Jesús Zepeda (Intraemprendedor y especialista en innovación)
Al iniciar un negocio, puede que sientas tener la idea del millón de dólares y en ese momento, toda la adrenalina de tu cuerpo fluye por tu sangre, empiezas a tener esos pequeños momentos de éxito (como cuando en tu círculo interno de amigos le ven potencial a tu idea de negocio) y es cuando más convicción tienes de que tomaste la decisión correcta al emprender, todo esto sin tener en mente que ni siquiera has llegado al “Valle de la Muerte”, esa etapa en tu emprendimiento en la que pasas de tener una idea exitosa a un negocio exitoso.
Adaptación de ”La Curva de la Startup” de Paul Graham, fundador de Y Combinator |
El problema radica en que sólo el 2% de quienes están creando una empresa o startup pueden salir del valle y llegar a lograr el Product/Market fit deseado para comenzar a escalar. Sabemos que 1 de cada 10 nuevos negocios y startups fracasan en los primeros 5 años de vida. De hecho, como menciona el Global Startup Ecosystem Report 2019, sólo 1 de 12 emprendedores logran tener un negocio exitoso, es por eso que hemos listado 8 situaciones en las que tu negocio puede fracasar al inicio:
1. Quieres comenzar siendo el más grande.
Al inicio, puede que quieras tener el local o establecimiento más grande de la zona, la plataforma web con todas las funcionalidades posibles o la oficina más lujosa de la ciudad y, para ello, buscas financiamiento. Tienes que tener en cuenta que puedes comenzar con una inversión mucho menor si tu negocio realmente cuenta con una excelente propuesta de valor que se adecue a lo que el mercado necesita.
2. Falta de enfoque.
A lo largo del tiempo, he identificado la falta de enfoque en la mayoría de los emprendedores con los que he tenido contacto. Desde emprendedores que prestan servicios que no tienen nada que ver con el núcleo del negocio, hasta ver cómo sobrepasan la cantidad de clientes que tienen la capacidad de atender, todo por no saber decir que no.
3. No aceptas la realidad.
Desde que en un debate puedes presenciar la prepotencia con la que un emprendedor defiende sin argumentos justificados la esencia de su negocio, hasta verlo seguir intentando trascender por un periodo prolongado y con el mismo modelo de negocios que no ha generado las ventas deseadas. Es bueno no darte por vencido, pero recuerda que, en el camino de emprender, hay cientos de pivotes por hacer.
4. No tienes un equipo de trabajo comprometido.
Hay que aceptarlo, al inicio no siempre contarás con el capital deseado para destinar a tu primer equipo de trabajo y esto puede ocasionar desilusión entre la fuerza laboral. Es tarea importante de los fundadores detectar a aquellos elementos que creen en ti y creen en la empresa, así como también es de suma importancia crear una cultura de trabajo donde todos se sientan comprometidos y con sentido de pertenencia.
5. Personalidad del fundador.
Ya platicamos un poco en el punto 3 que muchas veces negamos la realidad sobre nuestros emprendimientos, a tal grado que podemos llegar a ser prepotentes. Por otro lado, cuando empiezas a tener esos pequeños éxitos en esa primera etapa de tu negocio, podemos llegar a mostrar esa falta de humildad e incluso llegar a mostrar arrogancia y dejar de escuchar las retroalimentaciones de otros.
6. No pedir ayuda.
Otro momento “let’s face it” es cuando crees que puedes trazar tu propio camino y centrarte únicamente en desarrollar el producto o servicio núcleo de tu negocio, y esto es exactamente lo que hace que muchos emprendedores muy talentosos fracasen. Existen demasiados actores en este ecosistema de emprendimiento que están ahí para ayudar, desde programas de apoyo, incubadoras, comunidades y demás iniciativas de las que puedes beneficiarte y te ayudarán a trazar un camino exitoso.
7. Consideras innecesaria una planeación financiera inicial.
Es sencillo, si no hay dinero para iniciar, no llegarás lejos. Es muy importante tener una proyección inicial del dinero que vas a necesitar para sobrevivir los primeros meses. No es sencillo, pero es una realidad que hoy en día existen distintas formas de capitalizarte en esta etapa, desde ese pequeño fondo creado por amigos y familia, hasta utilizar servicios de crowdfunding e incluso participar en pequeños concursos por distintos premios (no olvidar el punto 2), hasta el punto en que puedas convencer a un inversionista para obtener un capital pre-semilla.
8. Olvidamos que se trata de trabajar y seguir aprendiendo.
Hemos conocido decenas de emprendedores que tienen un proyecto en el cual trabajan hasta una vez por semana. Si quieres salir vivo del valle de la muerte, debes entender que el esfuerzo del emprendedor es mayor al de cualquier líder de proyecto, tienes que estar dispuesto a trabajar, a proponer, a medir, a recibir retroalimentación, a pivotear en caso necesario y volver a proponer. Es un ciclo que se repite hasta lograr encajar el producto adecuado, al mercado adecuado.
Salir del Valle de la Muerte no es sencillo, conlleva trabajo constante para lograr el product/market fit y de ahí pensar en esa escalabilidad que tu negocio puede tener. Es el momento en el que realmente se puede saber quién está hecho para emprender y quién no.
Personalmente me quedo con el punto seis, pues creo que, si tienes un área de oportunidad, ya sea como emprendedor o en tu negocio y pides ayuda a socios, aliados o mentores, te la harán saber y te apoyarán a solucionarla.
Muy cierto comandante.