Plataforma de despegue. (Parte 2)

Por: Alberto R.

Junta de consejo Hualiz

En el artículo anterior, les platicaba sobre cómo fue el proceso de selección de los proyectos que actualmente se desarrollan y también de cómo ha sido este fenomenal proceso de ver crecer una idea.

En la primera sesión de consejo, conocí a personas maravillosas, los mentores: Libia quien sería la controladora de vuelo, Gonzalo en operaciones, Nefi de procesos, Alan de finanzas, Raúl en mercadotecnia y, un servidor, Alberto. Estábamos todos con cierto escepticismo pues, no sabíamos qué proyectos habían sido seleccionados, ni cuánto tiempo necesitaríamos para esa misión.
Los primeros dos proyectos fueron denominados con los códigos: pizzas y paletas, respectivamente, (¿bastante originales no lo creen?). En ese momento todo cobró sentido para mí; la odisea estaba a punto de comenzar no solo para mis compañeros mentores, sino también, para los que estaban abordando la nave Hualiz101.
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Al paso de los días, se comenzó a trabajar de lleno con los dos proyectos, para ir afinando sus productos, modelos de negocios, costos, finanzas, contabilidad, marcas, patentes y todo aquello que implica realizar un negocio que, dicho sea de paso, todos quisiéramos arrancar un negocio de esa manera, con pasos firmes y asesoría estratégica porque, a decir verdad, un 80% de los emprendimientos se basan en prueba y error.

Pruebas de producto.
Así pues, Paleta Mía, nuestro primer proyecto, fue como el Space X de Elon Musk, salió disparado hacia el éxito, aterrizando en Tequila, Jalisco, con muchas ilusiones y un producto de otro mundo.
Ser mentor, es algo más difícil de lo que aparenta, esto debido a que estás guiando un proyecto solamente en tu área de conocimiento en la que, muchas de las veces, desconoces por completo (aunque usted no lo crea) situaciones que los demás mentores complementan.

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