Todo comenzó con una llamada de teléfono diciendo: «¿Qué onda, Beto? Te quiero invitar a un proyecto que te va a gustar…»
Algunos días más tarde de esa llamada, nos dimos cita un grupo de amigos en el edificio
Mutuo con el fin de comenzar un proyecto llamado Hualiz. Aquélla ocasión, con la hermosa vista de esta ciudad de fondo, nos instalamos en la terraza e intuí que lo que estaba a punto de suceder era un Shark Tank a la jalisquilla. Minutos más tarde, cuando los concursantes expusieron el primer proyecto, mi visión cambió, ya que éste se trataba únicamente de una idea que, pretendían materializar en el mundo real.
Se presentaron alrededor de seis proyectos con ideas de negocio sobre calzado, arte, cerveza artesanal, nieves y comida, todas ellas con la ilusión de poder ser seleccionadas e impulsadas. Más tarde, con la puesta del sol, Hualiz se preparaba para despegar con la selección de dos de los proyectos presentados. Si bien el resto de los proyectos fueron sumamente interesantes, les faltaba pulir un poco la idea de negocio.
En un segundo encuentro, nos reunimos con los emprendedores seleccionados con el fin de presentarles a los mentores que estaríamos colaborando en su proyecto y conocer el equipo de trabajo.
Ya en la marcha, conforme comenzamos a trabajar en los proyectos, analicé la importancia del trabajo en equipo y en cómo la participación de cada uno de los mentores, impacta notablemente, no solo en los emprendedores, sino en el resto. Por ejemplo, en el día a día atiendes cierta junta, se expone el problema, das tus comentarios, analizas las posibles contingencias, así como las soluciones y eso es todo, terminó la reunión. Sin embargo, cuando reúnes a diferentes profesionales que, aportan sus conocimientos, puntos de vista e inquietudes desde su expertise, y al tratarse de reuniones más enfocadas a realizar correcciones mínimas y basto think tank, las horas se vuelven como si hubiesen pasado minutos y la retroalimentación es muy gratificante.
El sueño de muchas personas es crear su propio negocio o trabajar por su cuenta, sin embargo, no están dispuestas a asumir los compromisos que lleva el emprendimiento pues, es necesario estar consciente que es muy probable que caigas y tienes que tener la fuerza para levantarte las veces que sean necesarias.
Pues bien, es por esto que el modelo de Hualiz es muy interesante, ya que cree en un proyecto, lo adopta desde la idea primaria y los emprendedores reciben ese think tank especializado para que, además de que su idea se materialice, también genere dinero.
Si tú estás buscando emprender y tienes un proyecto, pero no sabes cómo hacerlo arrancar o bien, te falta apoyo para madurarlo, te invito a seguir al pendiente de Hualiz y cómo podría llegar la empresa donde trabajas.
Sigue atento a las siguientes publicaciones, donde narraré la travesía donde el Capitan Hualiz, los demás mentores, los emprendedores y tu servidor hemos tenido y cómo se llevaron a cabo los proyectos de una idea a la plataforma de lanzamiento.
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Estaremos pendientes de su desarrollo comandante.